PACCHAYOC
(Casa Quinta de mis mayores; hoy Mariscal Gamarra)
Dedicatoria:
!Pacchayoc!.
Desgranando recuerdos del pasado,
pondré sobre el cadáver de tu gloria…
el alma, vida y corazón ardiente.
Y en aras de tu cariño y memoria
este epitafio cordial y sagrado
cabe tu escombro llorado y silente...
I
!Vetusto caserón de mis mayores!...
Mansión azul de flor y aves cercado.
Quiero llorar Pacchayoc
tu agonía,
y sobre tus escombros que han quedado,
saciar mí alma en estertores…
mezclando tú postrer pena y la mía
en doliente armonía…
He
llegado a tu puerta,
con la esperanza muerta,
pensando que tal vez ansiaras verme
y abriendo tus entrañas acogerme,
como en nido del viejo alero al ave,
que torna herido e inerme,
con la añeja canción que atina y sabe...
II
Tu silencio siniestro
que me enjuicia,
Hiere este corazón, que ya me estalla.
No puedo contener mi
amargo llanto,
ni vencer al dolor en la
batalla.
Yo también soy escombro
que se inicia,
y contemplo tus ruinas sin espanto,
pero en atroz quebranto.
Déjame
que te llore
y tu ventura añore.
Déjame que recuerde tus auroras,
y saque el equipaje de tus horas
y si avergüenza el llanto, a tus despojos.
¡Que importa¡…Tú no imploras
piedad ni lágrimas a ajenos ojos...
III
Aquí estoy, en tu patio
mutilado...
Contestando al recuerdo que interroga,
contemplando el desfile
de tus penas...
y escuchando el silencio
que dialoga,
con las sombras que arrullan el pasado.
Ya no
hierve algazara tus colmenas,
ni lloran ya tus quenas.
Ya en tu huerto, no hay flores,
ni en tus nidos amores…
Y cual
viejo santuario, solo ostentas,
pobres
cuartos, que guardan osamentas,
de
recuerdos, de dichas y pesares,
de
venturas y afrentas, que te honran, cual las perlas a los mares.
IV
Beberá el postrer aire
de tu aliento,
sentiré el fuerte abrazo de las hiedras,
que se aferran, a tu muro derruido,
como firmas de dioses en las piedras,
corno garras de fieras sin sustento...
Te
hablaré en mis recuerdos sumergido,
del
manzano querido
que en un rincón del huerto,
con su ramaje abierto
nos brindaba, su fresca sombra y fruto,
aumentando nuestra dicha sin luto.
Dejaré
tus ambientes muy herido
¡Pacchayoc!!!.
Hoy me enluto,
al verte cadáver y yo vencido...
1ra. Ed.
“Canción, Versos y Prosas” Auspicio INC-Cusco 1985
|