MURIENDO A GOTAS
Sin decirme adiós
partiste “vieja”
mi vida sin ti es hoy,
solo un calvario
pues tú eras para mi,
cielo y tesoro
ternura y corazón, guía
y lumbre.
Si tanto yo te amé,
en todo tiempo
porque dejarme así,
agonizando…
Terrible es el vivir
muriendo a gotas
atroz es sucumbir,
sin tregua y plazo.
Si todo se acabó, con tu
partida
porque mi corazón, sigue
latiendo?
Si todo es soledad, en
mi contorno
porque grita el dolor,
siempre tu nombre?
Yo aprendí a ser
feliz, en tu regazo
y hoy aprendo a
sufrir, llorando solo…
sentirte cerca de
mí, en todo instante
y no poder besar, tu
pecho amante.
Porque debo morir,
muriendo a gotas
si vivo sin vivir, la
vida, vida…
nunca aprenderé a reír
llorando
ni nunca dejaré
de llorar
tu ausencia…
Poema escrito después de la muerte de su amada esposa
Maria Elena Mauricci Ávila de Pimentel 1995
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