DANTESCA HISTORIA
Al verte silente, sin
hijos
ni nombre,
yo vi tu Destino, trayendo una cruz…
No hay cuadro dantesco, que a mí hoy me asombre,
pues vi en tu calvario,
llorando a Jesús…
He visto dolores, en caras extrañas,
más nunca una suma de todo dolor...
Tortura
terrible de Entes sin entrañas,
he visto
en tu rostro ¡Con grande pavor!!!.
Mereces condena, de ley, o costumbre?
Tras lodo y vileza, que vierten en ti?
Quitarte los hijos no es la sanción cumbre,
que quieren los jueces,
juzgándote así?...
Pareces
imagen de noche insondable,
deidad
muy ausente, sin voto ni voz…
Pareces
esencia de angustia palpable
clavada
por siempre, en calvario atroz…
Tus hijos pequeños retazos de tu alma,
llegaron llorando, llorando por ti;
y bañada en llanto… perdiendo la calma,
¡Dios mío!. Dijiste: Piedad ten de mí…
Al irse a
la escuela mil besos te dieron,
diciéndote madre: no vas a salir…
Al ver que tus fuerzas también sucumbieron
gritando
clamaste: ¡Me quiero morir!...
Entonces llegaba tu esposo engañado,
sin alma en su cuerpo,
sin vida en su ser...
Al verlo dijiste ¿Ya me
has perdonado?...
Por ti y tus hijitos,
olvida mi ayer…
¡Infame!.
Te dijo - Matarte debiera!...
Tú ya no mereces, mi fe ni el perdón.
Hogar no se cambia por lecho cualquiera,
ni en
pecho de madre, se urde traición…
Piedad no merece, la madre que olvida,
por besos lascivos,
venturas de hogar.
Tus hijos te amaban,
tenías mi vida,
y llanto y vergüenza nos
vienes a dar…
En tiempo cercano, me era imposible
no darte la dicha, o hacerte sufrir
Mas hoy por tu falta, inmensa y horrible
por rutas
distintas debemos partir…
1ra. Ed. “Canción, Versos y Prosas” Auspicio INC-Cusco 1985
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