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    Ensayos

Eduardo Pimentel Cáceres

 

CLORINDA MATTO DE TURNER

SU VIDA, SU PLUMA Y SU OBRA

Este ensayo ganó el Primer Premio, en los juegos florales del Magisterio Regional, realizado el año de 1967, entre todos los colegios particulares y nacionales de Cusco, Apurimac y Madre de Dios.

El autor, representando al Colegio Nacional de Ciencias, se adjudicó el Primer Premio. La Editora

 

CLORINDA MATIO DE TURNER

SU VIDA, SU PLUMA Y SU OBRA

ENSAYO

Las grandezas basadas sobre la inteligencia, la voluntad y la constancia… no son las falsas cumbres señaladas por el índice del espejismo ignaro…!!!. Son las únicas eternas. Imperecederas en el corazón de los siglos!... AsÍ son las que ostenta la insigne escritora cusqueña Clorinda Matto de Turner.

Una creyente que por amar a Dios, con la simplicidad de un niño y el celo de un apóstol, toma la valiente pluma, como Cristo el látigo, para castigar la espalda de los hipócritas y corrompidos fenicios del Templo y la Patria y se le responde con la excomunión, como beso de la injusticia en la frente de la Verdad... Merece ser grande, con la grandeza de los justos!!!.

Una luchadora que por amar la Patria y su integridad territorial y espiritual se despoja para defenderla, de todo cuanto posee sin exceptuar las prendas queridas - medallas y tarjetas - que vinieron en alas del reconocimiento y gratitud del pueblo por su vida y su obra, dedicada al culto de la justicia y la decencia... y recibe en pago, no la gratitud y el recuerdo, sino el vejamen y el insulto... Merece ingresar a la Cripta de los Héroes, por Mártir de la ingratitud!!!.

Una fiscal e iconoclasta irreductible que por acusar delincuentes y destruir dioses e ídolos de diferentes nombres: cura, gobernador, tinterillo y alcalde, expoliadores del indio, bajo pretextos de diversos modos; mereció la pública incineración de sus obras y la calumnia de la superstición, ocio y corrupción…!!!. Muestra ser pura!. ¡Muestra ser digna!.

Una mujer que se enfrenta, en nombre de la Justicia y la Libertad… a las vandálicas huestes políticas, religiosas y seudo moralistas, sin más armas que la verdad y el derecho, la pluma como espada, la Moral y la Sinceridad como coraza... Muestra ser grave, excelsa y única.

Una niña que a los diez años de edad, recibe las riendas del hogar, de las moribundas manos de la madre que se va... y cumple con amor y eficiencia la dulce misión, de precoz madre de su padre y hermanos. Prueba la aptitud divina de “La Maternidad”…

Una mujer que dedica al esposo elegido, amor y fidelidad, en la vida y en la muerte, más allá de las lágrimas y alegrías del presente... y más allá de las promesas del porvenir… “Muestra la lealtad, vigilancia del tálamo nupcial”.

Henos aquí, frente. a la grandeza de Clorinda Matto de Turner, cuya vida y obra, como despojos inconmensurables no cupieron en la tumba del olvido. Donde pretendieron enterrarlos los inquisidores, encomenderos… Areches y Valverdes de la República...

Esta mujer excelsa, nacida en el Cusco el 11 de noviembre de 1852, bautizada en la Parroquia del Sagrario de esta ciudad, el 30 de diciembre de ese mismo año; fue hija de don Ramón Matto y la Sra. Grimaneza Usandivaras.

Se creyó por mucho tiempo que la hacienda Paullo Chico, cerca de Coya (Calca) fuera la cuna de esta incomparable mujer. Creencia que se basaba en una Partida de Bautizo, registrada, en uno de los libros de partidas Bautismales de la Semi-Parroquia de San Juan Bautista de Coya.

Partida bautismal que a la letra dice: “En esta Santa Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de Coya el día 18 de Marzo de mil ochocientos setenta y dos yo el infrascrito Cura propio, bauticé solemnemente y puse óleo y crisma a una párvula y le nombré Gabriela, hija legítima del señor Don Mariano Matto y de doña Guadalupe Usandivaras, etc., etc.”.

Esa Partida no puede corresponder a nuestra escritora, porque ella no fue hija de don Mariano Matto y de doña Guadalupe Usandivaras. Por otra parte, no pudo haber nacido en 1862, porque ese año murió la Sra. Grimaneza, madre de la escritora. Y corrobora lo dicho, porque el año 1871 en que contrajo matrimonio con don José de Turner ella no tenía 11 (once) sino 19 años como que tenía que ser, por haber nacido en 1852, conforme lo acredita la partida inscrita en el Sagrario y que sin duda alguna le pertenece y que dice así: “Al margen, Grimaneza Martina Matto. En el Sagrario de esta legítima Santa Catedral del Cusco, en 30 de diciembre de 1852. Yo el infrascrito Cura Rector, exorcicé, bauticé solemnemente, puse óleo y crisma a una párvula de un mes y diecinueve días, la nombré Grimaneza Martina, hija legítima del Señor Don Ramón Matto y de la Sra. Grimaneza Usandivaras, fue madrina la Señora doña Maria Lama y por poder de ésta, la señora doña Petrona Cabrera, quien fue advertida de sus deberes, lo que certifico. Fdo. Tomás Velasco”.

En 1954 el doctor Manuel Cuadros, solicitó y obtuvo del Vicario Cooperador Sr., Oscar Pantigozo la copia certificada y notarial de la mencionada partida, registrada en la página 112.

La copia de esta Partida y su certificación se hallan insertas en su magnífica y documentada obra.. “Sobre Clorinda Matto de Turner?” “Paisaje y Obra”... “Mujer e historia del mismo Dr. Cuadros.

No obstante que al legítimo y sano orgullo del Cusco, del Perú y de la América poco añade el saber, el lugar de su nacimiento, la historia exige establecer claramente, los hechos relacionados con su ejemplar y generosa vida y su grandiosa obra…Los floridos años de la niñez los pasó con sus padres, entre el Cusco y la hacienda Paulo chico, seguramente, más en la hacienda que en la ciudad.

El 22 de septiembre de 1862, cuando apenas contaba diez años de edad, se acabaron para ella y sus tiernos hermanos Daniel y David las exquisitas e irremplazables ternuras del “Dulce Hogar”. Porque la muerte, sorda e insensible, a los gritos de dolor y la orfandad… se llevó a la Sra. Grimaneza Concepción Usandivaras de Maflo, madre cariñosa y abnegada para los suyos, buena y ejemplar para los demás que la llamaban “Azucena de los Andes”.

De los 12 a los 16 años, cursó los estudios humanísticos de entonces en el Colegio de Educandas, por los años de 1864 -1868; año en que deja el Colegio para dedicarse por completo a la atención de su ya huérfano hogar y a sus aficiones literarias.

El 27 de julio de 1871, después de las segundas nupcias de su padre don Ramón Matto y comprendiendo que ya no era tan imprescindible su presencia en el viejo hogar, se unió en matrimonio con don José Turner, ciudadano inglés, que después de desposarla se la llevó a Tinta, lugar donde inició su gran carrera literaria y sus valientes luchas precursoras de la efectiva libertad económica, política, social y cultural del indio en particular y los desheredados en general. Al fragor de los truenos y tempestades de la hosca naturaleza tinteña, y ante el cotidiano y viejo cuadro de opresión, miseria y llanto de los Indios del Ande; levantó su justiciera y vigorosa pluma, como Túpac Amaru su espada, para defender los elementales derechos del Hombre; a la Vida, al Honor y la Libertad.

Y como bien dice Gutiérrez de Quintanilla: ‘El pensamiento primordial de la autora era, que la raza indígena sea rehabilitada como elemento social, por la educación e incorporada a nuestra nacionalidad y cultura por la igualdad civil” y si es “Verdad que ya no se les quema, ahora; ni degüella, que los repartimientos se acabaron, que no hay caza de indios con o sin jauría, ni se les calza con herrajes. Empero la abolición de estas iniquidades no es todo lo que la nueva República tenía que hacer en la antigua monarquía, para declarar la existencia en el Perú de un pueblo libre y soberano”. Ella denuncia implacable en sus novelas realistas; “Aves sin Nido”, “Índole” y “Herencia”, la supervivencia de los encomenderos, corregidores, inquisidores y visitadores, con el disfraz de alcaldes, gobernadores, curas y tinterillos.

Tinta fue el Sinaí donde Clorinda recibió el Decálogo de las reivindicaciones de la doliente Raza Andina.

Así fue el génesis de su obra, demoledora de injusticias y el alfa de sus desventuras personales.

Desde esa cima mandaba sus mensajes a los periódicos del Perú y del extranjero como: “El Mercurio”, “El Ferrocarril”, “El Eco de los Andes”, “El Recreo”, “El Porvenir”, “El Obrero”, “La Bolsa” etc., etc.

Muchos de sus artículos primigenios escritos en revistas y periódicos los suscribió con seudónimos: Mery, Rosario, Lucrecia, Betsabé, Adelfa, etc.

En 1877 visita Lima en compañía de su esposo don José de Turner. A raíz de la recepción que se la ofreció, en esa ocasión, el diario limeño “El Nacional”, decía: “La que en la antigua Capital del Perú ha enarbolado las banderas del Arte, llamando en torno suyo a todas aquellas personas que anhelan el progreso del País, ha sido agasajada con todo el lujo literario, perdónese la frase, que su rango entre los escritores reclamaba “Llona, Palma, Rosel, Villarán, Martínez, Izquierdo y muchos otros escritores distinguidos y jóvenes amantes de las letras, la han celebrado anoche y entre las señoras desde Juana Manuela Gorriti hasta la festiva Mercedes Eléspuru, desde la elegante y correcta Mercedes Cabello de Carbonera, hasta la pluma maestra de Manuela Villarán todos en fraternal unión ofrecieron a la tradicionista, elegantísimo ramillete de las flores más delicadas que la pluma produjera. Sería cosa de nunca acabar, hacer el relato ordenado y sucinto de la velada, ni aún podemos recordar a todos los que anoche leyeron algo”. Esta coronación y ofrenda de laureles para su frente de ínclita escritora, sucedía el 28 de febrero de 1877 cuando ella contaba 25 abriles.

Los jerarcas del pensamiento y las letras abrieron sus fraternales brazos, para recibir a la joven y brillante escritora provinciana que demostró a Palma, “El Tunante”, Villarán, Llona, Mercedes Eléspuru, etc., ser una gran dama no sólo de las letras sino de la Vida.

Muerto su esposo don José Turner en 1880 y superadas otras vicisitudes dolorosas, llega nuevamente a Lima en 1887, para instalarse definitivamente, según era su deseo. La vida literaria limeña se desarrollaba en ese entonces, alrededor del “Ateneo de Lima” y el “Círculo Literario” fundados en 1885-1886 respectivamente. El 14 de mayo de 1887 año de su arribo a Lima, se fundó en esa Capital “El Perú ilustrado”, con Abel Delgado como Director de la misma. Pero a los cinco meses de la aparición de la revista, Clorinda asumió la Dirección con beneplácito general.

Un mes antes de hacerse cargo de la Dirección de esa Revista, inició las veladas literarias, auspiciada antes por Juana Manuela Gorriti. En estas reuniones que tenían lugar en su residencia en la calle Colonge Nº 58, como en las organizadas por la señora Gorriti, se rendía culto a todas las obras del ingenio humano, estimulando a los jóvenes valores y platicando sobre temas “Parnasianos” sin olvidar desde luego, los problemas socioeconómicos del Hombre.

Como consecuencia de los vandálicos atropellos que le infirieran las huestes pierolistas, el 25 de abril de 1895, se aleja, como San Martín, dejando el escenario de sus luchas, sufrimientos, triunfos y derrotas. Y como él, se fue para no volver. Al dejar la Patria su tristeza de mujer superior, sólo comenta: “Cuántos desastres!... cuántas lágrimas!!.

Apelamos a los corazones nobles y a los que caballeros nacieron, para que ellos aprecien el estado de nuestro ánimo. Permanecer en el Perú era algo más que difícil, la inspiración del espíritu nos señalaba la playa extranjera, no para ir a llorar la derrota, sino para vigorizamos en la triple escuela del trabajo, de los viajes y del patriotismo. De lejos, es cuanto más se ama a la familia y a la Patria!!!.

Ostracismo voluntario al que contribuyó no poco la excomunión del Delegado Apostólico Machi. Devoto del fanatismo, en religión y de Piérola, en política.

El 29 de Abril de 1895, llega a Iquique; al arribar a ese puerto Don Ambrosio Valdez Carrera, Director del Diario “La Lealtad”, escribe: “… la muy distinguida escritora y periodista peruana, señora Clorinda Matto de Turner viene expatriada voluntariamente, con motivo del triunfo de la revolución del Perú.

La señora Matto, profesa el credo liberal y por sus notables escritos ha merecido una excomunión del Arzobispado de Lima, ”la viril y patriótica Valparaíso, se anticipa, pues, en enviar un afectuoso saludo de bienvenida a la respetable y distinguida proscrita señora Matto de Turner, haciendo votos ardientes porque su estadía entre nosotros sea tan grata que le haga olvidar sus sinsabores y decepciones”.

Con auspicios y recepciones semejantes, empezó su peregrinaje por los países de la América y del mundo.

Al llegar a la Argentina después de recorrer gran parte de Chile sin más bagajes ni equipaje, que su poderosa inteligencia y su señera pluma, inyecta en su desolada alma, la fe de los creyentes y el optimismo de los grandes, exclamando: “La luz o la nada; pero avante, avante sin desfallecer”. Las grandes almas en situaciones semejantes, como Bolívar en Pativilca, no buscan sino, el camino del triunfo!.

Su llegada a Buenos Aires fue un acontecimiento social y cultural. Periodistas y escritores, poetas y artistas de uno y otro sexo la recibieron como a vieja amiga e ilustre colega en las faenas de la cultura.

Sus notables colaboraciones hallaron inmediatamente, cabida, en los mejores diarios y revistas bonaerenses, como: “La Nación”, ‘La Prensa”, “La Alborada”, “El Álbum”, etc.

Poco tiempo después funda “El Búcaro americano” revista bimensual, en la que alienta el feminismo racional y de estirpe, difundiendo, el pensamiento luminoso de poetisas y escritoras de la América.

Por esta época alterna sus labores periodísticas, con la docencia en la Escuela Comercial de Mujeres. Dicta conferencias, escribe infatigablemente y no elude ningún compromiso en los círculos intelectuales.

Es célebre su conferencia sustentada el 14 de diciembre de 1895, en el Ateneo de Buenos Aires y que la tituló: “Las Obreras del Pensamiento”; subraya en esta conferencia la importancia de la función intelectual de la Mujer Americana, en la cultura de los nuevos pueblos de este continente y dice, que toda redención ha sido cruenta, “Solo la causa de la ilustración de la mujer no ha necesitado de otra cosa, que paciencia, con el heroísmo del silencio, y después, audacia, sobre el pedestal de la perseverancia”.

Conquistados Chile y la Argentina al imperio de su afecto y admiración, dirige la mirada y luego los pasos hacia Europa. Inicia su peregrinaje al Viejo Mundo el 27 de mayo de 1908. Al pisar playas hispanas, es saludada por la prensa y la intelectualidad española, que ya la conocían por sus obras. Entre otros elogios que le dedican, dice la escritora española, Concepción Jimeno de Flaquer: “Clorinda Matto de Turner en su visita a España, ha realizado un misterioso fenómeno, de evolución étnica, la hija de la tierra de los conquistadores ha dominado a los dominadores”.

Sus conferencias, charlas y artículos son analizados por los más prestigiados comentaristas. “El Álbum Ibero Americano”, comentando uno de ellos decía: ”Pocos escritores pueden tratar de Historia de América con las aptitudes que consagran a la erudita escritora y conferencista peruana. Ella ha visitado ruinas, revuelto archivos, consultado códigos, palimpsestos. Con tan completa documentación reviste su trabajos de importancia extraordinaria.”

Ansiosa de horizontes sale a Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Alemania. En todos estos países su insaciable alma de esteta, sucumbe, al impacto de lo bello y grande de esas gloriosas y seculares culturas, exclamando en Londres: “Londres, Capital del Orbe civilizado”. En Italia: “Italia grande, Italia Artística, te llevo en la mente y tus recuerdos quedaran grabados en un libro”. En Francia: “Pregonera de los Derechos Humanos”... te saluda la proscrita caminante, que viene a ti, sin los suyos.”

El 4 de diciembre de 1908 regresa a América y al tocar nuevamente sus playas queridas, exclama: “América tierra de Promisión, tierra de libertad”. “Tu edad juvenil es azul, azules las campanillas que trepan los muros de mi casa; azul y blanca la enseña del gran pueblo donde vivo“.

A los diez meses de su retomo del Viejo Continente a la América o mejor a Buenos Aires, muere el 25 de Octubre de 1909 a los 57 años de edad.

La fatal noticia conmovió, no sólo a los círculos intelectuales de América sino a los del Viejo Mundo, como lo testifica, entre otras publicaciones la aparecida en Valencia, plena de sentimiento fraterno: “Estando en prensa este libro recibimos los periódicos de Buenos Aires comunicando la infausta nueva del fallecimiento de la insigne escritora doña Clorinda Matto de Turner, autora de la presente obra. La sincera amistad y la profunda admiración que a doña Clorinda profesábamos, nos hizo esmerar más, si esto era posible, en la presentación de “Viaje de Recreo” queriendo rendir así un tributo póstumo a la memoria de la autora que deja en la REPÚBLICA DE LAS LETRAS un vacío difícil de llenar, y en nuestros corazones el recuerdo de un cariño imperecedero. Los redactores”.

Esta excelsa mujer que había presentido su muerte y el retorno de sus cenizas al suelo Patrio, dedicó su postrera obra “Viaje de Recreo” a sus hermanos Dr. David Matto y Josefina Villar de Matto.

La inconsolable viajera cantó desgarradoramente como el cisne moribundo al presentir su muerte: “La proscrita viajera te busca en los antros del horizonte enrojecido por la luz zodiacal que se extiende desde los mares, y tú llegas a herir la pupila, pero, oprimes, el corazón y tu recuerdo exalta la fantasía aquí donde tus pechos se esconden”... “Sin hogar y sin Patria, cadáver entre los vivos, vagaré así como sin sombra y sin sol pero mis cenizas irán a reposar en tu suelo madre mía, junto a los pedazos del Corazón”.

Tal vez la cicuta terruñera en tragos de nostalgia fue ingrediente, en la razón de su temprana muerte. Aún su corazón, pluma y su cerebro, prometían tanto a las letras y la orfandad... a la justicia, la dignidad y a las virtudes todas, de su sexo!!!.

Horas antes de internarse en el “Sanatorio Carrasco” escribió su última carta, conmovedora e histórica, que en pocos trazos la retrata, cual siempre fue ella. La escribió así:

Buenos Aires, octubre 20 de 1909. Sra. Guadalupe U. de Matto. Cusco. Querida Guala:

Hace tanto tiempo que nada sé de ustedes. Me consuelo pensando que por haberse prolongado la estadía en Urubamba no tendré cartas. Dios quiera que todos gocen de salud. Yo no puedo decirte que voy bien. He pasado un invierno doloroso y ahora mis médicos dicen que necesito operarme de un tumor interno en el vientre.

Esta tarde iré a un sanatorio donde una de las grandes mentalidades médicas de este País que es el Dr. José N. Caballero y quedo, pues, confiada al resultado de la operación. Me ven tres médicos y todos opinan por la necesidad de la operación con toda probabilidad de éxito satisfactorio. Pero, como la única cosa segura que tiene la vida es la muerte, yo no dejo de ponerme en ese caso y te escribo la presente, horas antes de marchar al “Sanatorio Carrasco” para decirte que en estos momentos tristes pienso en ustedes con toda mi alma. Si llegase al caso fatal que aun no espero porque estoy fuerte, mis amigas las señoras Isolina S. de Centeno, Aurora del Campo o Srta. Rosa Scorza te escribirán comunicándote el tenor de mis disposiciones que las he dejado en testamento cerrado.

No vayas a ponerte afligida por esto. Yo sólo prevengo las cosas por estar sola y lejos de la Patria. No preveo nada de peligro porque cada día se hacen estas operaciones aquí.

Mis saludos y cariños a mis primos y primas y un abrazo de tu sobrina.

Clorinda.

No obstante su gran optimismo, seguramente a consecuencia de complicaciones post-operatorias se fue a un más lejano destino el 25 de octubre de 1909, a las 5.20 de la tarde. Esta defensora de todos los oprimidos, convicta FEMINISTA no olvidó en las disposiciones de su testamento a ninguno de los suyos. Y ordena que el 50% del ingreso por la venta de su último libro “Viaje de Recreo” sea para la niña nacida el día de su muerte 25 de octubre; como dote, para su ingreso en la Cuna de los Huérfanos. Y los otros 50% para los fondos del Hospital de Mujeres de la tierra que la vio nacer.

Así terminó su gloriosa existencia terrenal, esta mujer, que cruzó los senderos de la vida haciendo el bien.

En 1924 el 27 de julio, el Congreso, a pedido de las instituciones culturales, que canalizaban el tardío reconocimiento del pueblo, a la labor sin igual de esta insigne defensora de los DERECHOS HUMANOS. Se resolvió la repatriación de sus restos que se hallaban enterrados en la tumba de la señora María Colman de Blanco. El 30 de noviembre de 1924, llega a playas peruanas la Proscrita redentora de los humildes. Es justo reconocer, que esta vez, no se regateó homenaje, gratitud, ni loas… ante las alas plegadas de quien fuera águila caudal de las LETRAS PERUANAS. Su polifacética personalidad de maestra, conferencista, novelista, dramaturga, tradicionalista etc. Atrajo a su alrededor, como en vida, a todos los afiliados en algunas de las especialidades literarias, que ella sintetizó con tanta genialidad y eclecticismo. Lo más selecto del espíritu y la cultura de Lima y provincias le rindieron el homenaje póstumo, que ya no confortó su ausente corazón.

Pero proclamó la sinceridad de su vida y la grandeza de su OBRA.

Los juicios vertidos, por los más eminentes escritores de la Patria y el extranjero, sobre la copiosa obra de Clorinda Matto, han sido sucesivamente comprensivos, para sus obras primigenias, críticas y valorativas para las siguientes. Y finalmente, admirativas para las posteriores.

Así por ejemplo; Ricardo Palma, prologando las tradiciones de Clorinda Matto dice: “Yo amo esos caracteres que se complacen en alentar con el elogio, y detesto la crítica malévola e intransigente, que desdeñando las bellezas, goza de rebuscar lunares y aquilatar los defectos, rebajando siempre la talla del escritor novel”. Y añade, hablando sobre como deben ser las tradiciones: “Estilo ligero, frase redondeada, sobriedad en las descripciones, rapidez en el relato, presentación de personajes y caracteres en un rasgo de pluma, diálogo sencillo a la par que animado, novela en miniatura, novela homeopática, por decirlo así, eso es lo que, en mi concepto, ha de ser la tradición así lo ha comprendido también la inteligente autora (Clorinda) de este libro”.

Manuel R. Valdivia a quien la escritora le dedicó su leyenda “Cchasca”, después de leer la leyenda, la califica de “preciosa” y dice de Clorinda: “a través de esa modestia encantadora, de esa conversación fácil, debe haber un fondo de tristeza y amargura indefinibles” y continúa: “distinguida escritora del generó erótico y romancesco, descubro además en “Cchasca” descripciones poéticas de primer orden, episodios novelescos de admirable efecto, caracteres bien presentados y mejor sostenidos; todo lo cual en conjunto no sólo es harto difícil para cualquiera que se proponga trazar un cuadro de esta clase, sino lo que es más aun, revela aptitudes especiales para la poesía, el drama y la novela”.

El juicio emitido por Manuel R. Valdivia, no es una benévola ratificación de lo mucho que ya se había dicho sobre la capacidad de la escritora, sino una orden de silencio a los criticastros de Sacristía.

Abrahán Valdelomar, hablando sobre la “Mariscala”, llama a nuestra escritora “joya de la literatura peruana”.

Lástima que esta joya no luzca el Cusco, como el más grande tesoro a prueba de robos, en un monumento digno de ella y del Cusco.

Siendo las convicciones íntimas e intransferibles, además de inviolables; sin embargo, los inquisidores de su tiempo, interpretando mal sus obras, vieron no la viga en sus propios ojos, sino la paja en los de Clorinda, motejándola de “descreída”, siendo la verdad, que era más creyente que la fanática hipocresía. Al respecto en “Hojas Sueltas” escribió un artículo titulado “Tardes de Mayo”. En ese trabajo de autoconfesión, refleja con meridiana claridad, la frescura de sus convicciones íntimas, no para buscar la complacencia de la intransigente beatería, sino para demostrar la causa de la fortaleza moral: DIOS.

No para arrodillarse ante un clero corrompido, pidiendo perdón por faltas no cometidas, sino para enseñar el sagrado deber de denunciar al impostor donde quiera que se le encuentre, sea en la religión, en la política, el arte o en la sociedad.

He aquí una lección de moral y fe en breves frases “Ah, cuando se ha alcanzado del cielo ese precioso don de saber evaluar la virtud y estimar las luchas que el vicio presenta, cuando el corazón ha saboreado las amarguras del desengaño bajo la sombra de la desgracia, entonces más que nunca, y quizá, sólo se puede comprender lo que la religión significa en la vida del sexo débil…”, “La mujer debe abrigar ideas religiosas, no sólo por propio interés sino por un deber sagrado. La que es madre y esposa sin estas condiciones, ¿Qué ideas inculcará en el tierno y sencillo corazón de sus hijos, y que ejemplo, qué garantía dará a su esposo?”.

Escribió esto porque Vivió así, luchando contra el vicio y el abuso, desenmascarado la hipocresía y la impostura, delatando la demagogia y el soborno, atacando los vicios en la religión y la política, no la Constitución ni la Doctrina Cristiana extirpando el cáncer, no la vida del paciente. No confundió los individuos viciosos con la doctrina que predicaban.

 

Cusco, 20 de Octubre de 1967 1ra. Edición “Canciones, Versos y Prosas” Cusco 1985