CLORINDA MATTO DE TURNER
SU VIDA, SU PLUMA Y SU OBRA
Este ensayo ganó el
Primer Premio, en los juegos florales del Magisterio Regional, realizado
el año de 1967, entre todos los colegios particulares y nacionales de
Cusco, Apurimac y Madre de Dios.
El autor,
representando al Colegio Nacional de Ciencias, se adjudicó el Primer
Premio. La Editora
CLORINDA MATIO DE TURNER
SU VIDA, SU PLUMA Y SU OBRA
ENSAYO
Las grandezas basadas
sobre la inteligencia, la voluntad y la constancia… no son las falsas
cumbres señaladas por el índice del espejismo ignaro…!!!. Son las únicas
eternas. Imperecederas en el corazón de los siglos!... AsÍ son las que
ostenta la insigne escritora cusqueña Clorinda Matto de Turner.
Una creyente que por
amar a Dios, con la simplicidad de un niño y el celo de un apóstol, toma
la valiente pluma, como Cristo el látigo, para castigar la espalda de
los hipócritas y corrompidos fenicios del Templo y la Patria y se le
responde con la excomunión, como beso de la injusticia en la frente de
la Verdad... Merece ser grande, con la grandeza de los justos!!!.
Una luchadora que por
amar la Patria y su integridad territorial y espiritual se despoja para
defenderla, de todo cuanto posee sin exceptuar las prendas queridas -
medallas y tarjetas - que vinieron en alas del reconocimiento y gratitud
del pueblo por su vida y su obra, dedicada al culto de la justicia y la
decencia... y recibe en pago, no la gratitud y el recuerdo, sino el
vejamen y el insulto... Merece ingresar a la Cripta de los Héroes, por
Mártir de la ingratitud!!!.
Una fiscal e
iconoclasta irreductible que por acusar delincuentes y destruir dioses e
ídolos de diferentes nombres: cura, gobernador, tinterillo y alcalde,
expoliadores del indio, bajo pretextos de diversos modos; mereció la
pública incineración de sus obras y la calumnia de la superstición, ocio
y corrupción…!!!. Muestra ser pura!. ¡Muestra ser digna!.
Una mujer que se
enfrenta, en nombre de la Justicia y la Libertad… a las vandálicas
huestes políticas, religiosas y seudo moralistas, sin más armas que la
verdad y el derecho, la pluma como espada, la Moral y la Sinceridad como
coraza... Muestra ser grave, excelsa y única.
Una niña que a los diez años de edad, recibe las riendas del hogar, de
las moribundas manos de la madre que se va... y cumple con amor y
eficiencia la dulce misión, de precoz madre de su padre y hermanos.
Prueba la aptitud divina de “La Maternidad”…
Una mujer que dedica al
esposo elegido, amor y fidelidad, en la vida y en la muerte, más allá de
las lágrimas y alegrías del presente... y más allá de las promesas del
porvenir… “Muestra la lealtad, vigilancia del tálamo nupcial”.
Henos aquí, frente. a
la grandeza de Clorinda Matto de Turner, cuya vida y obra, como despojos
inconmensurables no cupieron en la tumba del olvido. Donde pretendieron
enterrarlos los inquisidores, encomenderos… Areches y Valverdes de la
República...
Esta mujer excelsa,
nacida en el Cusco el 11 de noviembre de 1852, bautizada en la Parroquia
del Sagrario de esta ciudad, el 30 de diciembre de ese mismo año; fue
hija de don Ramón Matto y la Sra. Grimaneza Usandivaras.
Se creyó por mucho
tiempo que la hacienda Paullo Chico, cerca de Coya (Calca) fuera la cuna
de esta incomparable mujer. Creencia que se basaba en una Partida de
Bautizo, registrada, en uno de los libros de partidas Bautismales de la
Semi-Parroquia de San Juan Bautista de Coya.
Partida bautismal que a la letra dice: “En esta Santa Iglesia Parroquial
de San Juan Bautista de Coya el día 18 de Marzo de mil ochocientos
setenta y dos yo el infrascrito Cura propio, bauticé solemnemente y puse
óleo y crisma a una párvula y le nombré Gabriela, hija legítima del
señor Don Mariano Matto y de doña Guadalupe Usandivaras, etc., etc.”.
Esa Partida no puede
corresponder a nuestra escritora, porque ella no fue hija de don Mariano
Matto y de doña Guadalupe Usandivaras. Por otra parte, no pudo haber
nacido en 1862, porque ese año murió la Sra. Grimaneza, madre de la
escritora. Y corrobora lo dicho, porque el año 1871 en que contrajo
matrimonio con don José de Turner ella no tenía 11 (once) sino 19 años
como que tenía que ser, por haber nacido en 1852, conforme lo acredita
la partida inscrita en el Sagrario y que sin duda alguna le pertenece y
que dice así: “Al margen, Grimaneza Martina Matto. En el Sagrario de
esta legítima Santa Catedral del Cusco, en 30 de diciembre de 1852. Yo
el infrascrito Cura Rector, exorcicé, bauticé solemnemente, puse óleo y
crisma a una párvula de un mes y diecinueve días, la nombré Grimaneza
Martina, hija legítima del Señor Don Ramón Matto y de la Sra. Grimaneza
Usandivaras, fue madrina la Señora doña Maria Lama y por poder de ésta,
la señora doña Petrona Cabrera, quien fue advertida de sus deberes, lo
que certifico. Fdo. Tomás Velasco”.
En 1954 el doctor
Manuel Cuadros, solicitó y obtuvo del Vicario Cooperador Sr., Oscar
Pantigozo la copia certificada y notarial de la mencionada partida,
registrada en la página 112.
La copia de esta Partida y su certificación se hallan insertas en su
magnífica y documentada obra.. “Sobre Clorinda Matto de Turner?”
“Paisaje y Obra”... “Mujer e historia del mismo Dr. Cuadros.
No obstante que al legítimo y sano orgullo del Cusco, del Perú y de la
América poco añade el saber, el lugar de su nacimiento, la historia
exige establecer claramente, los hechos relacionados con su ejemplar y
generosa vida y su grandiosa obra…Los floridos años de la niñez los pasó
con sus padres, entre el Cusco y la hacienda Paulo chico, seguramente,
más en la hacienda que en la ciudad.
El 22 de septiembre de
1862, cuando apenas contaba diez años de edad, se acabaron para ella y
sus tiernos hermanos Daniel y David las exquisitas e irremplazables
ternuras del “Dulce Hogar”. Porque la muerte, sorda e insensible, a los
gritos de dolor y la orfandad… se llevó a la Sra. Grimaneza Concepción
Usandivaras de Maflo, madre cariñosa y abnegada para los suyos, buena y
ejemplar para los demás que la llamaban “Azucena de los Andes”.
De los 12 a los 16
años, cursó los estudios humanísticos de entonces en el Colegio de
Educandas, por los años de 1864 -1868; año en que deja el Colegio para
dedicarse por completo a la atención de su ya huérfano hogar y a sus
aficiones literarias.
El 27 de julio de 1871,
después de las segundas nupcias de su padre don Ramón Matto y
comprendiendo que ya no era tan imprescindible su presencia en el viejo
hogar, se unió en matrimonio con don José Turner, ciudadano inglés, que
después de desposarla se la llevó a Tinta, lugar donde inició su gran
carrera literaria y sus valientes luchas precursoras de la efectiva
libertad económica, política, social y cultural del indio en particular
y los desheredados en general. Al fragor de los truenos y tempestades de
la hosca naturaleza tinteña, y ante el cotidiano y viejo cuadro de
opresión, miseria y llanto de los Indios del Ande; levantó su justiciera
y vigorosa pluma, como Túpac Amaru su espada, para defender los
elementales derechos del Hombre; a la Vida, al Honor y la Libertad.
Y como bien dice
Gutiérrez de Quintanilla: ‘El pensamiento primordial de la autora era,
que la raza indígena sea rehabilitada como elemento social, por la
educación e incorporada a nuestra nacionalidad y cultura por la igualdad
civil” y si es “Verdad que ya no se les quema, ahora; ni degüella, que
los repartimientos se acabaron, que no hay caza de indios con o sin
jauría, ni se les calza con herrajes. Empero la abolición de estas
iniquidades no es todo lo que la nueva República tenía que hacer en la
antigua monarquía, para declarar la existencia en el Perú de un pueblo
libre y soberano”. Ella denuncia implacable en sus novelas realistas;
“Aves sin Nido”, “Índole” y “Herencia”, la supervivencia de los
encomenderos, corregidores, inquisidores y visitadores, con el disfraz
de alcaldes, gobernadores, curas y tinterillos.
Tinta fue el Sinaí
donde Clorinda recibió el Decálogo de las reivindicaciones de la
doliente Raza Andina.
Así fue el génesis de
su obra, demoledora de injusticias y el alfa de sus desventuras
personales.
Desde esa cima mandaba sus mensajes a los periódicos del Perú y del
extranjero como: “El Mercurio”, “El Ferrocarril”, “El Eco de los Andes”,
“El Recreo”, “El Porvenir”, “El Obrero”, “La Bolsa” etc., etc.
Muchos de sus artículos
primigenios escritos en revistas y periódicos los suscribió con
seudónimos: Mery, Rosario, Lucrecia, Betsabé, Adelfa, etc.
En 1877 visita Lima en
compañía de su esposo don José de Turner. A raíz de la recepción que se
la ofreció, en esa ocasión, el diario limeño “El Nacional”, decía: “La
que en la antigua Capital del Perú ha enarbolado las banderas del Arte,
llamando en torno suyo a todas aquellas personas que anhelan el progreso
del País, ha sido agasajada con todo el lujo literario, perdónese la
frase, que su rango entre los escritores reclamaba “Llona, Palma, Rosel,
Villarán, Martínez, Izquierdo y muchos otros escritores distinguidos y
jóvenes amantes de las letras, la han celebrado anoche y entre las
señoras desde Juana Manuela Gorriti hasta la festiva Mercedes Eléspuru,
desde la elegante y correcta Mercedes Cabello de Carbonera, hasta la
pluma maestra de Manuela Villarán todos en fraternal unión ofrecieron a
la tradicionista, elegantísimo ramillete de las flores más delicadas que
la pluma produjera. Sería cosa de nunca acabar, hacer el relato ordenado
y sucinto de la velada, ni aún podemos recordar a todos los que anoche
leyeron algo”. Esta coronación y ofrenda de laureles para su frente de
ínclita escritora, sucedía el 28 de febrero de 1877 cuando ella contaba
25 abriles.
Los jerarcas del
pensamiento y las letras abrieron sus fraternales brazos, para recibir a
la joven y brillante escritora provinciana que demostró a Palma, “El
Tunante”, Villarán, Llona, Mercedes Eléspuru, etc., ser una gran dama no
sólo de las letras sino de la Vida.
Muerto su esposo don
José Turner en 1880 y superadas otras vicisitudes dolorosas, llega
nuevamente a Lima en 1887, para instalarse definitivamente, según era su
deseo. La vida literaria limeña se desarrollaba en ese entonces,
alrededor del “Ateneo de Lima” y el “Círculo Literario” fundados en
1885-1886 respectivamente. El 14 de mayo de 1887 año de su arribo a
Lima, se fundó en esa Capital “El Perú ilustrado”, con Abel Delgado como
Director de la misma. Pero a los cinco meses de la aparición de la
revista, Clorinda asumió la Dirección con beneplácito general.
Un mes antes de hacerse
cargo de la Dirección de esa Revista, inició las veladas literarias,
auspiciada antes por Juana Manuela Gorriti. En estas reuniones que
tenían lugar en su residencia en la calle Colonge Nº 58, como en las
organizadas por la señora Gorriti, se rendía culto a todas las obras del
ingenio humano, estimulando a los jóvenes valores y platicando sobre
temas “Parnasianos” sin olvidar desde luego, los problemas
socioeconómicos del Hombre.
Como consecuencia de los vandálicos atropellos que le infirieran las
huestes pierolistas, el 25 de abril de 1895, se aleja, como San Martín,
dejando el escenario de sus luchas, sufrimientos, triunfos y derrotas. Y
como él, se fue para no volver. Al dejar la Patria su tristeza de mujer
superior, sólo comenta: “Cuántos desastres!... cuántas lágrimas!!.
Apelamos a los
corazones nobles y a los que caballeros nacieron, para que ellos
aprecien el estado de nuestro ánimo. Permanecer en el Perú era algo más
que difícil, la inspiración del espíritu nos señalaba la playa
extranjera, no para ir a llorar la derrota, sino para vigorizamos en la
triple escuela del trabajo, de los viajes y del patriotismo. De lejos,
es cuanto más se ama a la familia y a la Patria!!!.
Ostracismo voluntario
al que contribuyó no poco la excomunión del Delegado Apostólico Machi.
Devoto del fanatismo, en religión y de Piérola, en política.
El 29 de Abril de 1895,
llega a Iquique; al arribar a ese puerto Don Ambrosio Valdez Carrera,
Director del Diario “La Lealtad”, escribe: “… la muy distinguida
escritora y periodista peruana, señora Clorinda Matto de Turner viene
expatriada voluntariamente, con motivo del triunfo de la revolución del
Perú.
La señora Matto,
profesa el credo liberal y por sus notables escritos ha merecido una
excomunión del Arzobispado de Lima, ”la viril y patriótica Valparaíso,
se anticipa, pues, en enviar un afectuoso saludo de bienvenida a la
respetable y distinguida proscrita señora Matto de Turner, haciendo
votos ardientes porque su estadía entre nosotros sea tan grata que le
haga olvidar sus sinsabores y decepciones”.
Con auspicios y
recepciones semejantes, empezó su peregrinaje por los países de la
América y del mundo.
Al llegar a la
Argentina después de recorrer gran parte de Chile sin más bagajes ni
equipaje, que su poderosa inteligencia y su señera pluma, inyecta en su
desolada alma, la fe de los creyentes y el optimismo de los grandes,
exclamando: “La luz o la nada; pero avante, avante sin desfallecer”. Las
grandes almas en situaciones semejantes, como Bolívar en Pativilca, no
buscan sino, el camino del triunfo!.
Su llegada a Buenos
Aires fue un acontecimiento social y cultural. Periodistas y escritores,
poetas y artistas de uno y otro sexo la recibieron como a vieja amiga e
ilustre colega en las faenas de la cultura.
Sus notables
colaboraciones hallaron inmediatamente, cabida, en los mejores diarios y
revistas bonaerenses, como: “La Nación”, ‘La Prensa”, “La Alborada”, “El
Álbum”, etc.
Poco tiempo después
funda “El Búcaro americano” revista bimensual, en la que alienta el
feminismo racional y de estirpe, difundiendo, el pensamiento luminoso de
poetisas y escritoras de la América.
Por esta época alterna
sus labores periodísticas, con la docencia en la Escuela Comercial de
Mujeres. Dicta conferencias, escribe infatigablemente y no elude ningún
compromiso en los círculos intelectuales.
Es célebre su
conferencia sustentada el 14 de diciembre de 1895, en el Ateneo de
Buenos Aires y que la tituló: “Las Obreras del Pensamiento”; subraya en
esta conferencia la importancia de la función intelectual de la Mujer
Americana, en la cultura de los nuevos pueblos de este continente y
dice, que toda redención ha sido cruenta, “Solo la causa de la
ilustración de la mujer no ha necesitado de otra cosa, que paciencia,
con el heroísmo del silencio, y después, audacia, sobre el pedestal de
la perseverancia”.
Conquistados Chile y la
Argentina al imperio de su afecto y admiración, dirige la mirada y luego
los pasos hacia Europa. Inicia su peregrinaje al Viejo Mundo el 27 de
mayo de 1908. Al pisar playas hispanas, es saludada por la prensa y la
intelectualidad española, que ya la conocían por sus obras. Entre otros
elogios que le dedican, dice la escritora española, Concepción Jimeno de
Flaquer: “Clorinda Matto de Turner en su visita a España, ha realizado
un misterioso fenómeno, de evolución étnica, la hija de la tierra de los
conquistadores ha dominado a los dominadores”.
Sus conferencias, charlas y artículos son analizados por los más
prestigiados comentaristas. “El Álbum Ibero Americano”, comentando uno
de ellos decía: ”Pocos escritores pueden tratar de Historia de América
con las aptitudes que consagran a la erudita escritora y conferencista
peruana. Ella ha visitado ruinas, revuelto archivos, consultado códigos,
palimpsestos. Con tan completa documentación reviste su trabajos de
importancia extraordinaria.”
Ansiosa de horizontes
sale a Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Alemania. En todos estos
países su insaciable alma de esteta, sucumbe, al impacto de lo bello y
grande de esas gloriosas y seculares culturas, exclamando en Londres:
“Londres, Capital del Orbe civilizado”. En Italia: “Italia grande,
Italia Artística, te llevo en la mente y tus recuerdos quedaran grabados
en un libro”. En Francia: “Pregonera de los Derechos Humanos”... te
saluda la proscrita caminante, que viene a ti, sin los suyos.”
El 4 de diciembre de
1908 regresa a América y al tocar nuevamente sus playas queridas,
exclama: “América tierra de Promisión, tierra de libertad”. “Tu edad
juvenil es azul, azules las campanillas que trepan los muros de mi casa;
azul y blanca la enseña del gran pueblo donde vivo“.
A los diez meses de su retomo del Viejo Continente a la América o mejor
a Buenos Aires, muere el 25 de Octubre de 1909 a los 57 años de edad.
La fatal noticia
conmovió, no sólo a los círculos intelectuales de América sino a los del
Viejo Mundo, como lo testifica, entre otras publicaciones la aparecida
en Valencia, plena de sentimiento fraterno: “Estando en prensa este
libro recibimos los periódicos de Buenos Aires comunicando la infausta
nueva del fallecimiento de la insigne escritora doña Clorinda Matto de
Turner, autora de la presente obra. La sincera amistad y la profunda
admiración que a doña Clorinda profesábamos, nos hizo esmerar más, si
esto era posible, en la presentación de “Viaje de Recreo” queriendo
rendir así un tributo póstumo a la memoria de la autora que deja en la
REPÚBLICA DE LAS LETRAS un vacío difícil de llenar, y en nuestros
corazones el recuerdo de un cariño imperecedero. Los redactores”.
Esta excelsa mujer que
había presentido su muerte y el retorno de sus cenizas al suelo Patrio,
dedicó su postrera obra “Viaje de Recreo” a sus hermanos Dr. David Matto
y Josefina Villar de Matto.
La inconsolable viajera cantó desgarradoramente como el cisne moribundo
al presentir su muerte: “La proscrita viajera te busca en los antros del
horizonte enrojecido por la luz zodiacal que se extiende desde los
mares, y tú llegas a herir la pupila, pero, oprimes, el corazón y tu
recuerdo exalta la fantasía aquí donde tus pechos se esconden”... “Sin
hogar y sin Patria, cadáver entre los vivos, vagaré así como sin sombra
y sin sol pero mis cenizas irán a reposar en tu suelo madre mía, junto a
los pedazos del Corazón”.
Tal vez la cicuta
terruñera en tragos de nostalgia fue ingrediente, en la razón de su
temprana muerte. Aún su corazón, pluma y su cerebro, prometían tanto a
las letras y la orfandad... a la justicia, la dignidad y a las virtudes
todas, de su sexo!!!.
Horas antes de
internarse en el “Sanatorio Carrasco” escribió su última carta,
conmovedora e histórica, que en pocos trazos la retrata, cual siempre
fue ella. La escribió así:
Buenos Aires, octubre 20 de 1909. Sra. Guadalupe U. de Matto. Cusco.
Querida Guala:
Hace tanto tiempo que nada sé de ustedes. Me consuelo pensando que por
haberse prolongado la estadía en Urubamba no tendré cartas. Dios quiera
que todos gocen de salud. Yo no puedo decirte que voy bien. He pasado un
invierno doloroso y ahora mis médicos dicen que necesito operarme de un
tumor interno en el vientre.
Esta tarde iré a un
sanatorio donde una de las grandes mentalidades médicas de este País que
es el Dr. José N. Caballero y quedo, pues, confiada al resultado de la
operación. Me ven tres médicos y todos opinan por la necesidad de la
operación con toda probabilidad de éxito satisfactorio. Pero, como la
única cosa segura que tiene la vida es la muerte, yo no dejo de ponerme
en ese caso y te escribo la presente, horas antes de marchar al
“Sanatorio Carrasco” para decirte que en estos momentos tristes pienso
en ustedes con toda mi alma. Si llegase al caso fatal que aun no espero
porque estoy fuerte, mis amigas las señoras Isolina S. de Centeno,
Aurora del Campo o Srta. Rosa Scorza te escribirán comunicándote el
tenor de mis disposiciones que las he dejado en testamento cerrado.
No vayas a ponerte
afligida por esto. Yo sólo prevengo las cosas por estar sola y lejos de
la Patria. No preveo nada de peligro porque cada día se hacen estas
operaciones aquí.
Mis saludos y cariños a
mis primos y primas y un abrazo de tu sobrina.
Clorinda.
No obstante su gran optimismo, seguramente a consecuencia de
complicaciones post-operatorias se fue a un más lejano destino el 25 de
octubre de 1909, a las 5.20 de la tarde. Esta defensora de todos los
oprimidos, convicta FEMINISTA no olvidó en las disposiciones de su
testamento a ninguno de los suyos. Y ordena que el 50% del ingreso por
la venta de su último libro “Viaje de Recreo” sea para la niña nacida el
día de su muerte 25 de octubre; como dote, para su ingreso en la Cuna de
los Huérfanos. Y los otros 50% para los fondos del Hospital de Mujeres
de la tierra que la vio nacer.
Así terminó su gloriosa
existencia terrenal, esta mujer, que cruzó los senderos de la vida
haciendo el bien.
En 1924 el 27 de julio,
el Congreso, a pedido de las instituciones culturales, que canalizaban
el tardío reconocimiento del pueblo, a la labor sin igual de esta
insigne defensora de los DERECHOS HUMANOS. Se resolvió la repatriación
de sus restos que se hallaban enterrados en la tumba de la señora María
Colman de Blanco. El 30 de noviembre de 1924, llega a playas peruanas la
Proscrita redentora de los humildes. Es justo reconocer, que esta vez,
no se regateó homenaje, gratitud, ni loas… ante las alas plegadas de
quien fuera águila caudal de las LETRAS PERUANAS. Su polifacética
personalidad de maestra, conferencista, novelista, dramaturga,
tradicionalista etc. Atrajo a su alrededor, como en vida, a todos los
afiliados en algunas de las especialidades literarias, que ella
sintetizó con tanta genialidad y eclecticismo. Lo más selecto del
espíritu y la cultura de Lima y provincias le rindieron el homenaje
póstumo, que ya no confortó su ausente corazón.
Pero proclamó la
sinceridad de su vida y la grandeza de su OBRA.
Los juicios vertidos,
por los más eminentes escritores de la Patria y el extranjero, sobre la
copiosa obra de Clorinda Matto, han sido sucesivamente comprensivos,
para sus obras primigenias, críticas y valorativas para las siguientes.
Y finalmente, admirativas para las posteriores.
Así por ejemplo; Ricardo Palma, prologando las tradiciones de Clorinda
Matto dice: “Yo amo esos caracteres que se complacen en alentar con el
elogio, y detesto la crítica malévola e intransigente, que desdeñando
las bellezas, goza de rebuscar lunares y aquilatar los defectos,
rebajando siempre la talla del escritor novel”. Y añade, hablando sobre
como deben ser las tradiciones: “Estilo ligero, frase redondeada,
sobriedad en las descripciones, rapidez en el relato, presentación de
personajes y caracteres en un rasgo de pluma, diálogo sencillo a la par
que animado, novela en miniatura, novela homeopática, por decirlo así,
eso es lo que, en mi concepto, ha de ser la tradición así lo ha
comprendido también la inteligente autora (Clorinda) de este libro”.
Manuel R. Valdivia a
quien la escritora le dedicó su leyenda “Cchasca”, después de leer la
leyenda, la califica de “preciosa” y dice de Clorinda: “a través de esa
modestia encantadora, de esa conversación fácil, debe haber un fondo de
tristeza y amargura indefinibles” y continúa: “distinguida escritora del
generó erótico y romancesco, descubro además en “Cchasca” descripciones
poéticas de primer orden, episodios novelescos de admirable efecto,
caracteres bien presentados y mejor sostenidos; todo lo cual en conjunto
no sólo es harto difícil para cualquiera que se proponga trazar un
cuadro de esta clase, sino lo que es más aun, revela aptitudes
especiales para la poesía, el drama y la novela”.
El juicio emitido por
Manuel R. Valdivia, no es una benévola ratificación de lo mucho que ya
se había dicho sobre la capacidad de la escritora, sino una orden de
silencio a los criticastros de Sacristía.
Abrahán Valdelomar,
hablando sobre la “Mariscala”, llama a nuestra escritora “joya de la
literatura peruana”.
Lástima que esta joya
no luzca el Cusco, como el más grande tesoro a prueba de robos, en un
monumento digno de ella y del Cusco.
Siendo las convicciones
íntimas e intransferibles, además de inviolables; sin embargo, los
inquisidores de su tiempo, interpretando mal sus obras, vieron no la
viga en sus propios ojos, sino la paja en los de Clorinda, motejándola
de “descreída”, siendo la verdad, que era más creyente que la fanática
hipocresía. Al respecto en “Hojas Sueltas” escribió un artículo titulado
“Tardes de Mayo”. En ese trabajo de autoconfesión, refleja con meridiana
claridad, la frescura de sus convicciones íntimas, no para buscar la
complacencia de la intransigente beatería, sino para demostrar la causa
de la fortaleza moral: DIOS.
No para arrodillarse
ante un clero corrompido, pidiendo perdón por faltas no cometidas, sino
para enseñar el sagrado deber de denunciar al impostor donde quiera que
se le encuentre, sea en la religión, en la política, el arte o en la
sociedad.
He aquí una lección de
moral y fe en breves frases “Ah, cuando se ha alcanzado del cielo ese
precioso don de saber evaluar la virtud y estimar las luchas que el
vicio presenta, cuando el corazón ha saboreado las amarguras del
desengaño bajo la sombra de la desgracia, entonces más que nunca, y
quizá, sólo se puede comprender lo que la religión significa en la vida
del sexo débil…”, “La mujer debe abrigar ideas religiosas, no sólo por
propio interés sino por un deber sagrado. La que es madre y esposa sin
estas condiciones, ¿Qué ideas inculcará en el tierno y sencillo corazón
de sus hijos, y que ejemplo, qué garantía dará a su esposo?”.
Escribió esto porque
Vivió así, luchando contra el vicio y el abuso, desenmascarado la
hipocresía y la impostura, delatando la demagogia y el soborno, atacando
los vicios en la religión y la política, no la Constitución ni la
Doctrina Cristiana extirpando el cáncer, no la vida del paciente. No
confundió los individuos viciosos con la doctrina que predicaban.
Cusco, 20 de Octubre de 1967 1ra. Edición “Canciones, Versos
y Prosas” Cusco 1985
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