Las guitarras cual un
coro de jilgueros
riegan Huanchac con su chorro de canción
y en el canto que
modulan los troveros
hay derroche de ternura y de pasión.
En las noches
plateadas por la luna
hay guitarras que sollozan su dolor
y en las noches tempestuosas de la puna
vagan sombras que pregonan su amor.
El canto que
nace en el alma
cual flor de cantuta repleta de miel
reclama las
luces del alba
y el dulce embeleso de fina mujer.
El sueño
sublime de amores
regalo divino de dulce sopor
sumerge en sus ondas de flores
las almas sedientas de eterno amor.